martes, 3 de febrero de 2015

Rishikesh

Rishikesh fue mi inspiración para decidir viajar a India aquí era donde quería hacer mi instructorado y comenzar mi camino espiritual.
Dos días antes reservamos un dormitorio en Anand Prakesh Ashram, fue el mejor acierto del viaje x India. Este fue el lugar que me ayudo a prepararme para mi curso.
Desde Dehli tomamos el tren a Haridwar y de ahí un taxi a Rishikesh. Conocimos a dos personajes, un gringo-rasta-reggae-músico y un mexicano montañista, gracias a ellos pudimos sobrevivir al frío entre conversa y conversa. El tren se atraso un poco y llegamos muy tarde tipo 21hrs que por poco nos dejan fuera del Ashram, son super estrictos con los horarios. Fue una de las noches mas frías de mi vida! CSM!!! Dormimos los dos en máxima expresión de cucharita en una cama de una plaza con un cubrecama de esos pesados, pero que no calientan nada...
A las 5am sonaron las campanas OMG!!! Campanas reales, la campana de zuko es nada al lado de esta y no paraban de sonar y fuertisimo! Era hora de meditación personal. A las 6am comenzaba la primera clase de Yoga, a las 8am desayuno y 8.30 ceremonia del fuego, es lo que mas me gustó del programa, la energía con que uno se va es única e incomparable, energía pura del fuego. Ya hasta aquí todo era perfectamente espiritual. El frío era lo único que impedía ese sentimiento de placer continuo, lo solucionamos pronto con un calefactor que compramos y metimos a la pieza piolamente.
El almuerzo era a las 12.30 en una sala con mini pisos y alfombra, uno tomaba afuera su bandeja-plato de acero inoxidable y esperaba que pasaran sirviendo. Antes de comer cantabamos un rezo para dar las gracias y bendecir la comida. En el desayuno nadie hablaba, era obligación estar en silencio hasta las 9am. Me sentí super comoda con esta práctica porque para mi la mañana es sagrada y que me hablen es como dispararme con una ametralladora, al fin un lugar donde respeten el proceso de despertar de las personas, es una sensación calmante y de introspección.
A las 4pm la segunda clase de Yoga y a las 6pm la ultima comida.
Nos sentíamos como animalitos en engorda, la cantidad de comida era impresionante y lo rica, uno se podía repetir de todo y los sabores eran tan perfectos.
Entre las clases y comidas alcanzamos a recorrer el pueblito, tiene dos puentes grandes, Rishikesh esta dividido por el río Ganges en el que se cree que su agua es sagrada y curativa. Muchas personas se bañan cada mañana ahí o pasaban a bendecirse con unas gotas de agua. Con la cantidad de desagües es difícil creer que algo bueno pueda producir...en fin son sus creencias.
Por las calles de Rishikesh hay motos que no paran de tocar la bocina, vacas homeless (sí, las hechan a la calle cuando dejan de producir leche), yogis homeless (hombres espirituales que dejan todo para dedicarse a los rezos), niños tratando de venderte algo y monos.
Compré un cuenco tibetano para sanar el chackra de las emociones Swadhisthana, tiene un tono especifico que hace vibrar ese centro de energía en el cuerpo. Hay un montón de instrumentos musicales de ese tipo y también inciensos y libros.
Pasamos navidad aquí, fue algo distinto y me gustó. Nos saltamos el estres y locura materialista que vivimos en occidente, a cambio de eso el 24 cumplimos con nuestro programa espiritual y nos acostamos temprano y vimos una película. Nuestro regalo partió el 25 a las 4.30am cuando salimos del Ashram camino a ver el mejor amanecer con vista a Los Himalayas en el Templo Kinja Puri.
El sol apareció lentamente tras las montañas hasta convertirse en una gran esfera de fuego vivo. El calor que se sentía era sanador, física y espiritualmente, habían personas que se abrazaban y hacían reverencias. Es por eso que existe el famoso saludo al sol en yoga, para recibir, canalizar y agradecer por esa energía que nos da vida.
Termino navidad con un trekking de 4hrs rumbo abajo, nuestro guía Shiva nos invito a un té de lemongrass donde su mamá que vivía en el camino, una verdadera casa de campo Hindú. Fue todo y más lo que podíamos recibir este año de regalo.
Otro panorama fue ir al Ashram que visitaron Los Beatles, se llama Maharishi Mahesh Yogi Ashram y compusieron de White Album y aprendieron a meditar. Ahora está abandonado el lugar, pero vale la pena ir, es un terreno gigante que tiene unas pequeñas cupulas de dos pisos, en que el primer piso se duerme y en el segundo se medita. Tiene una acústica perfecta, yo entre y lo probe y hasta yo sonaba bien.
Estuvimos 10 dias en este pueblo espiritual y me quede con ganas de mas. Finalmente mi instructorado lo hice después en Goa, pero de aquí me lleve la experiencia genuina de vivir en un Ashram.

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