Gambhira es una finca ecológica Hare Krishna de Colombia, a 30min de Sta. Marta.
Estuvimos 6 días ahí como voluntarios, cada día teníamos una tarea diferente. Mi primer día me toco regar los árboles de banano y papayas, termine muerta del cansancio con los brazos como lana, tenía que subir una lomita con baldes de agua...imaginen eso 20 veces.
Al día siguiente nos dimos cuenta que podíamos proponer otros servicios en la finca e improvisar libremente.
Estaba Edith, una señora australiana muy entusiasta que estaba como voluntaria ya hace 10 días y se dedicaba a re diseñar los jardines y huertas. Pintamos maceteros, transplantamos plantas, etc.
Casi todos los días llegaban nuevos voluntarios, llegamos a ser 13 un día, pero muchos aveces llegaban x 2 noches que la verdad no es mucho aporte para el lugar.
Natasha era una inglesa muy divertida nos alegro con sus historias y caras de "ok...whatever" y con un espíritu muy lindo, estuvo en África de voluntaria en un horfanato y juntaba dinero para ayudar a un niño discapacitado de allá.
Kristina era alemana con un sentido del humor único, tenía un proyecto ecológico muy interesante para ayudar a los niños de orfanatos y hacerles ropa con bajos costos.
La comida era vegetariana, eso si mucha fritura y carbohidratos, no estaban muy balanceadas. Nos sentabamos todos los voluntarios en una mesa, era el momento de relajo y de contar las anecdotas de la mañana.
Por la mañana teníamos Yoga a las 7am que las mismas personas de la comunidad dictaban. Aqui me toco dar mi primera clase oficial de Yoga! Eran alrededor de 10 alummnas. No estuve tan nerviosa porque las voluntarias eran muy amorosas y también asistieron las señoras de un retiro, me sentí en plena confianza y lo único complicado fue dar la clase en 2 idiomas al mismo tirmpo, pero resultó bien y me felicitaron al final.
Super feliz al día siguiente di una segunda clase!
Creo que lo mas valioso para mi de esta experiencia son las personas con que logré conectarme y compartir momentos únicos trabajando, comiendo, practicando yoga, etc. Es indescriptible lo preciosa de esta experiencia.
Estaba también Elisa y Andrew que llegaron juntos un día por la tarde, viven en Medellin y trabajan en un centro de Yoga, ella es instructora y el da masajes Thai. Increibles personas, alegres, enérgicas, positivas...me encantaron!
Y las personas de la comunidad Hare Krishna, muy sencillos de corazón, siempre con buena voluntad y sonrientes. Un lugar al que quiero volver en otro momento de mi vida, es inolvidable.
Namasté